Llevo dos días sin dormir por la paranoia o las Aderales pero el alcohol no me trae al sueño. No. Morfeo no puede rendir a los inquietos, los curiosos que esperan en vela la contestación a sus plegarias, negando a la fe el potencial de resolver sus problemas como Santa Claus trae sus regalos: mientras se duerme. Me han quitado el sueño literal y metafórico. ¿Acaso nadie se da cuenta del hechizo librado sobre la sociedad milenaria?
Poco valen las palabras sin explicación. La cabeza me daba vueltas por el retumbe de la música y los efectos adversos de las Molly, el MDMA de ahora. Estaba inmóvil en la esquina del apartamento al que fui de afterparty, un dueño desconocido pero con un grupo de buena gente. Pensaba en los visuales que había tenido durante la noche, efectos tan sorprendentes como un balde de agua helada, pero de sorpresa no planificado como el Ice Bucket Challenge. Una epifanía había arrebatado la paz que encontré entre el retumbe de bajo electrónico, mezclado magníficamente en el drum & bass. ¿Estaban monitoreando las conductas bajo los efectos de drogas con sus celulares?
Que quede claro: yo vengo de otra tala. Cuando yo iba a los parties teniendo menos de 20, iba con gafas, máscaras y sin cámaras porque entendía que me iba a reventar los sesos. Las consecuencias de tal acto serían tan nefastas que ni la propia memoria debía conservarlas. Pero esta juventud se goza la notoriedad, viven para ser reconocidas en la historia como la gente que se drogaba de noche en salas oscuras, con la música a todo volumen y rapidez capaz de hacer un corazón explotar. Aunque debo admitir que gran parte de ellos gozaba más de la apariencia que la experiencia, no obstante el impacto visual del flash fotográfico en cuanto selfie o evento minúsculo, como alguien bailando bien enfiebrao, me aquejaba. Cada grupo tiene su carpetero oficial que indiscriminadamente retrata los momentos nocivos a la reputación de cualquier ser de alta casta social, como lo son la mayoría que vive la experiencia de luces neón e inhaladores de Vicks al ritmo de música electrónica. No, eso no es secreto. Tampoco debe ser excusa para alardear al cibermundo lo "loc@ que me siento", sudando alcohol en un coliseo lleno de mentol y humo, pareciendo más una playa que un club por el sudor que corre por la piel y la humedad de los ropajes. Era un alien entre la multitud, siendo el único aborrecido que no quería plasmar su imagen binaria bajo los efectos de una ensalada de pastillas que incluye, pero no se limita, a: Xanax, Molly bajadas con ginebra y Red Bull, Winstons y un paño empapado. Pero había una gira de Kindergarten que estaba escuchando el Dubstep substituto del Drum & Bass. Ellos hacían caso omiso a tales preocupaciones, tu sabes, esa actitud de la juventud que domina la razón de conservarse para un mañana próspero.
En un momento histórico donde la información está en el aire, tiempo que la presente generación no conoce las incidencias de Watergate, el acceso a la información es más fácil, lo que nos hace más susceptibles al robo de identidad,y su opuesto, el espionaje. ¿Entenderán las consecuencias de la masiva operación de almacenamiento de data que conduce el Gobierno estadounidense en el desierto? Están haciendo una caja gigante en Utah para guardar cada bit de información que voluntariamente le concedemos con nuestros dispositivos. El trabajo está bueno y fácil. Desde robots submarinos que enganchan relés en los cables de fibra óptica que cruzan por el fondo del mar hasta la clásica extorsión a los proveedores del servicio para que suministren toda información a las autoridades que entra/sale de sus antenas. El truco está en la nube, ese almacén digital donde residen nuestros archivos íntimos, económicos, personales y profesionales. Por liqueos de fotos de alto contenido sexual han hecho resignar representantes en Washington, DC. Por escenas pornográficas creadas con menores de edad han logrado capturar depredadores sexuales. Hace poco investigando las computadoras de la Fortaleza encontraron pornografía en uno de los CPU asignados a un ya desempleado tipo. Sí: lo que hagas en una computadora, tu conducta y netiquette, pueden cambiar tu vida y la de los demás, para bien o para mal.
La llamada viralidad nos dió a Justin Bieber y su batallón de haters. Hicimos de Susan Soltero un ritual de risa al verla rodar por la falda de grama del Morro. El impulso cultural hacia la tecnología, al ritmo de crecimiento que se acerca a los 150 millones de suscriptores a nivel mundial, se debe a que la red permite socializar con el mundo. Y consecuentemente se crean nuevas oportunidad de pillaje, espionaje; un vicio sustentado por la vanidad, el desapego emocional y el confort de aquellos avatares que juegan a socializar en la imaginaria electrónica. También permite educarnos, comunicarnos y trabajar en múltiples cosas.
Podemos decir que la misión de Julian Assange y Edward Snowden para alertarnos sobre las comunicaciones secretas y el espionaje del Gobierno Federal conducido a través de la NSA y la CIA fue en vano. Se sabe más de Ronaldo, las Kardashian y la cobertura amarrillista de las múltiples guerras alrededor del mundo que de los fines que tienen las compañías y gobiernos sobre los medios de comunicación. Es un gran contratiempo que tengamos la verdad sobre el uso de nuestra información al alcance de nuestros dedos pero nuestros ojos y oídos están distraídos por la neblina en los canales de difusión. Impera tanta confusión en la mente, cansada de tanta absorción subliminal, que interpreta lo más fácil para asimilarlo, impulsando la participación en rituales de consumo muy distantes a las prácticas de concienciación que nutrieron al internet en su génesis. Es como tener un buffet de frente y escoger lo más sabroso sobre lo más saludable. O peor, probamos lo que otros van recomendando porque asumiendo que la integración al grupo debe ser el factor prima facie de la adaptación social.
Mi paranoia se desvaneció cuando el Kinder abandonó el rave. Los de la vieja guardia saben que la conducta nocturna es para los presentes. Todo lo que valdría la pena conservar para la posteridad se quedaría en los recuerdos vinculados a las sensaciones exuberantes de las drogas y la música. Toda esa mezcla no se puede traducir en bits. En la foto solo queda un momento de locura, ojos vacíos que no reflejan éxtasis sino locura, abandono a la pulcritud demandada por la gente culta. Imposible para una máquina sensar la electricidad de la música, bailar en sincronización con un bajo intenso y rápidas sucesiones de tambor, confeccionado para sacarle el corazón del pecho a cualquiera. Una foto no le hace justicia a ese momento. Por eso no creo en eso. Hay que estar ahí.
Duró poco esa emoción, lo que me devuelve al punto inicial. Me fuí al after party con ese grupo que se quedó hasta lo último, porque esos son los buenos. Llegamos a la casa de uno de ellos, un muchacho alto de pelo negro largo, sombra de barba alrededor de labios finos debajo de su espigada nariz. A primera vista parecía un hijo de riquitillos, el típico rebelde que lucha por lo que nunca ha padecido. Y no me equivoqué. En su apartamento de dos cuartos cerca de Ocean Park había una pinta de médico y sus amigos lo delataron alardeando del spot. Fue allí que el hechizo resurgió; los chiquillos, tres chicas y dos chicos, sacaron los aparatos electrónicos de espionaje. Se pegaron a sus grilletes, a veces levantado la vista para conversar alguna cosa del party, a lo que contestaban en pocas palabras. Buscaban en Twitter las reacciones al party y en Instagram las fotos que tomaron con mucha alegría del momento de enpastelamiento cerebral. Era inevitable pensarlo. Aquí había pensado que el sentido común estaría en al menos una persona que se diera cuenta que lo que buscaba estaba entre las risas y los buenos momentos, etc. Pero querían vivirlo en el Matrix para sentirse que estuvieron allí y esa huella digital viviría para siempre en la nube para que otros supieran también. "¿Viste a María lo loca que estaba? Chequeate el post."; "Diiiiaaaaaabbbblooooo", contestó la otra chica, la wingman de las otras dos mejor parecidas que ya tenían algo coordinado con los chicos. Me le acerqué a ella para ver si podía conectar pero el rechazo se dió al percatarnos que no tenía a nadie en mis redes sociales. Al menos de mis 100-150 líneas conectadas no había un lazo común con las chicas o el séquito de varones que merodeaba entre juegos y música en sus respectivos grilletitos con gusto. No pertenecía a esa fraternidad ni practicaba sus costumbres. Entonces intentaron hechizarme con algunos movimientos en el celular para entrapar un pedazo de mi alma dentro de su red, como una araña binaria que se alimenta de mi energía a través de circuitos. Pero lo evite golpeando seriamente el aparato de sus manos. Lo reventé contra el piso y me gané las malas miradas de todos en el cuarto.
"Sarna con gusto, no pica"
Eran las 10:00 am pero mi corazón seguía en las 2:00 am, allá dentro del Coliseo donde las paredes rebotaban las vibraciones entre las miles personas que se alocaron en el party, incluyendo la gira de escuela elemental que se dió el paseo por el país de las maravillas. El cosquilleo que sentí en el cerebro me hizo pensar que los satélites de la NGA estaban encima de nosotros, ya con el poder de accesar las ondas cerebrales para leer nuestros pensamientos. O peor, lavarnos el cerebro para hacernos comportar como animales domesticados. Tuve que salir corriendo como un demente por las calles de Ocean Park hasta la parada de la AMA en la calle Loíza. Tenía que llegar a casa, darme un baño de agua fría y tomarme una batida de papaya, dos huevos hervidos con sal y pimienta, cinco lascas de tocino y café negro, para salir de esa nota y entrar a mi zona. Sabía que tenía que advertir al mundo de tales prácticas cognitivas. Pero sólo podría hacerlo bajo sus reglas, con sus instrumentos, Jaque-mate.
No había otra forma. Para decirle al mundo del desafortunado truco que le estaban gastando tendría que hacerlo por un avatar en el ciberespacio. No valía la pena mandarlo a imprimir ya que el pensée nouveau imploraba el reciclaje por el bien de los árboles y nuestra existencia. Pronto se olvidarán del
telégrafo y el fax. Entonces tendremos que pedir permiso para hablar y aprender. Podrán alterar las velocidades de las computadoras para adelantar más noticias de Kardashian y menos sobre las prácticas monopolísticas de las cuatro navieras que controlan los productos que entran a Puerto Rico. Si dejamos de interesarnos en lo importante que ocurre a nuestro alrededor para ajustarnos a una realidad fabricada, perdimos, caímos en el Matrix y nos convertimos en baterías. En menos de lo que canta un gallo, el FBI tumbará tu puerta por tener fotos del primer baño de tu hijo en el disco duro de la computadora, una carrera política será destruida por haber dicho alguna vez en algún foro que George W. Bush mandó a explotar las Torres Gemelas y estaremos entrenados para consumir los bienes que nuestros amigos de Facebook recomienden, ya que serán esos los únicos disponibles por su facilidad comercial en el plano de consumo. Y será muy tarde porque desde hace tiempo estamos consintiendo la intrusión y contribuyendo al poder invisible del Internet. Entonces el hechizo habrá funcionado cuando los mediocres se suiciden por perder followers en su Tumblr, Twitter o Blogger, creando una especie de selección natural cuyo origen sea el mundo binario, un portal entre dos mundos paralelos.
Hay magia negra envuelta en todo ésto. El uso de la pantalla táctil y la codificación son rituales de brujería. Estamos encantados para servir como baterías, fuentes de información que alimentan la maquinaria de espionaje, la misma que se encarga de adaptar esa información a prácticas de formación social y conducta civil. Diles que te gusta y que no, pero no les des ideas sobre tu penosa conducta.
Es nuestro Roswell y nuestro Watergate excepto que esta vez deben ser las brujas que hicieron alianza con los vampiros que corren los bancos de sangre los responsables de usarnos como instrumentos de su magia. Estamos rodeados y estudiados por fuerzas extremas, de ocultismo que quieren que sigamos la tradición sin darnos cuenta de la misma.
baker*ismo: (n) El acto de ver la vida desde una perspectiva diferente, partiendo desde ángulos inexplorados, imposibles o absurdos con el fin de analizar sucesos en todas sus posibilidades.
domingo, 26 de octubre de 2014
sábado, 8 de febrero de 2014
¿Cul-Pablo?: Sobre el asesinato de Carmen Paredes.
El juicio contra Pablo Casellas, hallado culpable por el asesinato de su esposa Carmen Paredes, ha sido un modelo para reformar la imagen de un sistema de Justicia criticado por fallar en resolver casos de alto interés público.
Desde ese momento Puerto Rico se enteró de las situaciones que llevaron a este desenlace según la versión del asesino. En aquel momento el viudo decía haber visto un hombre saltar la verja al salir de la casa. En el video arriba dijo que le habían llevado un dinero, para dar la impresión de asalto, tal vez, o para adelantarnos que el dinero iba a estar ligado con el asesinato de su esposa. El programa había mostrado video en que el padre del viudo, el ex-juez federal, Salvador Casellas, se paseaba por la escena señalando a los oficiales de manera imperativa. El ex-juez fue parte íntegra del caso desde el principio por la suspicacia generada por su rol al igual que por el poder económico que emplearon para mantener a "Pablito" lejos del calabozo. Se fomentaba sospecha por el incondicional apoyo que le tenía a su hijo dando impresión de impunidad. Ciertamente las versiones, procedimientos y consecuencias aumentaban la suspicacia que concluyó el pasado 16 de enero de 2014 cuando un jurado de 12 puertorriqueños declaró culpable a Casellas Toro de asesinato, destrucción de evidencia y violación a la ley de armas.
En el juicio se dilucidaron los detalles. Lo que habían sido rumores en el bombardeo mediático que había recibido la teleaudiencia de Puerto Rico mientras Casellas Toro esperaba su juicio se convirtió en evidencia contra el ahora convicto. El evento de "carjacking" donde alegaba le habían robado unas armas entre las que estaba la homicida, una FN-5, y otras que aparecieron en su casa se puso en duda. Su versión se fundaba en la veracidad del "carjacking" y que esos mismos individuos habían ido a su casa y habían baleado su esposa minutos antes que llegara para dispararle al asesino que con proeza olímpica saltó la muralla de la residencia en Guaynabo evadiendo a la vez la justicia y los disparos.
En la sala 706 del Tribunal de Bayamón no se pudo demostrar que un hombre había saltado la verja, escapando después de cometer la atrocidad. Al contrario. Un testimonio colocó a Casellas Toro el día del asesinato tirando el arma homicida hacia un pastizal desde su Mercedes color gris. Esa arma pasó a través de múltiples manos, incluyendo las de un punto de drogas en donde mutilaron el número de serie para revenderla, hasta llegar a la Policía para determinar que era la propiedad del autor. Dentro de esa sala se discutió la aparición de las otras armas que le fueron hurtadas en el "carjacking". Hasta el momento, "los negritos" que Pablo Casellas Toro dice le desfiguraron la vida tal como la conocía, no han aparecido. Los sucesos discutidos en Sala se centraron en Pablo, su versión de lo sucedido y la evidencia que lo desmentia. Así como la cobertura mediática lo colocaba como único sospechoso, como un maquiavélico planificador cuyo plan debería ser descifrado por el pueblo en un intento de rescatar la integridad de un sistema vago, corrupto y en decadencia, el jurado determinó 11-1 que la evidencia que desfiló en la Sala los dejaba convencidos más allá de duda razonable que el esposo fue quien mató a Carmen Paredes.
Pero; ¿por qué un hombre mataría a una mujer guapa, madre sus hijas y tomaría el camino de la mentira y decepción para evadir las consecuencias implantadas por el sistema que su padre representó por años? Aunque fuese en el foro federal, el juez Salvador Casellas es una figura respetada en todas las salas y la acusación de su hijo, como menos, es una vergüenza que mancha una carrera prestigiosa vistiendo la toga.
Tal vez la costumbre de leer, escuchar y comentar atrocidades en relaciones amorosas cooperó con la teoría que Casellas Toro asesinó a su esposa mientras leía el periódico en la mañana. Estado sus hijas de viaje y las incongruencias en su versión del carjacking dejaba entrever que planificó todo con semanas de anticipación. Se apoyó esa teoría con el testimonio de la patóloga forense, Dra Rosa Rodríguez, y su notorio comentario que el asesinato se dió en un ambiente "familiar, sorpresivo y rápido". La defensa trató de descartar ese testimonio por su distancia de ser un análisis científico con la evidencia trabajada. Pero no preguntaron si ese ambiente familiar se pudo dar con OTRA persona cercana a la familia. O al círculo de amistades del matrimonio. Tal vez otra persona tenía intenciones precisamente de destruir la familia con los cargos que le achacaron a Casellas Toro.
¿Que tal si el "carjacking" que no fue se trató de un encuentro, un aviso; una intervención de mafiosos que terminó con una amenaza letal? No creo que una persona con conecciones en la mafia llame a la Policía cuando dos gangsters se le aparezcan con un reclamo garantizado en plomo. Tampoco creo que sea conveniente para cualquier parte involucrada hablar de relaciones mafiosas pudiendo minimizar el daño sacrificando a uno de los de ellos ante el hambre del público rabioso. O quizás un amante que quería hacerle daño al esposo de la señora por razones que solo la consciencia de un asesino puede conjeturar.
Según los chismes Pablito era un violento pepero que sabía de armas, cuya esposa parecía ser demasiado bonita para él. En algunos foros se hablaba de un Pablito problemático y de la discusión de un divorcio previo al fatal suceso. ¿Sería el delirio de un corazón roto el detonante de los viles sucesos que acabaron la vida de Carmen? No hubo evidencia que señalara lo contrario. Pero tampoco hubo un motivo claro de por qué ese hombre baleó a su esposa.
Pablo Casellas Toro fue sentenciado a 109 años ante las cámaras de los medios de comunicación de Puerto Rico en contra de su voluntad después de ser juzgado por 12 compueblanos ya sesgados a la idea del asesinato conyugal. Lejos de pensar en su inocencia, creo que estaba jugando con los topos arreglados a favor del casino. Queda por aclarar las razones detrás del asesinato. Si fue su esposo, cuál fue el motivo que le llevó a planificar ese macabro plan; cómo y por qué mató a su esposa.
Reformar una imagen mancillada es una tarea de persuasión. Hay que trabajar la masa en muchos frentes para que se limiten las preguntas presentando contestaciones. El pueblo necesitaba un acusado y una condena para sentir al menos que el sistema no estaba tan corrupto y deficiente, que había razón para seguir creyendo en el. Como bono, que fuera a una persona con las características que describen al escurridizo criminal con solvencia económica y relaciones dentro del sistema para salir airoso ante cualquier acusación el que sufriera el estigma criminal. Después de la acusación las primeras palabras fueron a favor del sistema: lo bueno que éste funciona cuando se consigue lo que se quiere. Luego vinieron las críticas del convicto ante las claras injusticias que tuvo al ser un caso de alto interés público. Pero lamentablemente para Pablo esa primera entrevista la dió en su voluntad, sin obligaciones ni torceduras de brazos. Quiso usar los medios pero en cambio éstos lo usaron a él. Y lo que falta.
Pero el notorio hashtag #CasoCasellas y su cobertura siguió el curso sensacionalista como del que acusaron a Kobbo Santarrosa. Los medios fueron cómplices que el asesinato de una mujer fuera rebasado en atención por la condena de UN sospechoso, el denominador común en el problema de violencia doméstica que nos consume. Pero siento que no se ha hecho justicia para Carmen Paredes hasta tanto no se sepa la razón por la que le cegaron los ojos. Mucha de la atención se la ha llevado el criminal, dirigiendo el repudio público en dirección de la condena, del sufrimiento en vez de la causa de muerte de la víctima. Creo que pasamos por alto la condición que llevó a ese desenlace que deja a dos jóvenes menores de 20 años sin madre, con su padre convicto después de un largo proceso, bochornoso por naturaleza y explotado en pos de la información que consumimos y comentamos. Pero mantenga la perspectiva enfocada en la víctima y sus allegados; que encuentren la paz que se necesita ante la pérdida de un ser querido de manera violenta. Tampoco se debe asumir que la maquinaria de Justicia es absoluta en sus ejecutorias y este caso presenta múltiples lagunas entre lo que verdaderamente ocurrió para acusar y sentenciar una persona.
Podríamos celebrar que un asesino ha sido castigado con todo el peso de la ley. Pero en la mente de los familiares de la víctima oscilan preguntas referentes al por qué de los sucesos que tomaron la desgraciada ruta de la violencia que les arrebató la hija, madre y hermana de sus vidas. Será conocido como el Caso Casellas, el hombre rico que pasó las de Caín después que su esposa fuese baleada con su arma, en su casa.
"Difícilmente puedo imaginar un caso más desgraciado", yo dije. "Si alguna vez la evidencia circunstancial señalara un criminal, lo hace aquí"
"La evidencia circunstancial es algo tramposa", contestó Holmes pensativo. "Puede que señale de manera certera a una cosa pero si cambias tu punto de vista un poco, puedes encontrar que señala de manera igualmente intransigente hacia algo totalmente distinto..."
- Conversación entre Sherlock Holmes y el Dr. John Watson,
El misterio del Valle Bonscombe
Eran un ejemplo de la familia perfecta: papá, mamá, dos hijas; casa con piscina en una urbanización de acceso controlado. Pero Carmen Paredes es asesinada en el patio de su casa, baleada mientras leía el periódico la mañana de un sábado de verano en el 2012. Fue su esposo, Pablo Casellas Toro, quien encontró la sangrienta escena. En menos de 48 horas, Casellas Toro estaba dando su versión del hallazgo al ya cancelado programa de chismes, SuperXclusivo, sin saber que sus palabras serían las primeras piedras en descender la colina copiosa de nieve a tiempo para una avalancha de frustración contra el sistema deficiente que emplea el Gobierno como su brazo de Justicia:En el juicio se dilucidaron los detalles. Lo que habían sido rumores en el bombardeo mediático que había recibido la teleaudiencia de Puerto Rico mientras Casellas Toro esperaba su juicio se convirtió en evidencia contra el ahora convicto. El evento de "carjacking" donde alegaba le habían robado unas armas entre las que estaba la homicida, una FN-5, y otras que aparecieron en su casa se puso en duda. Su versión se fundaba en la veracidad del "carjacking" y que esos mismos individuos habían ido a su casa y habían baleado su esposa minutos antes que llegara para dispararle al asesino que con proeza olímpica saltó la muralla de la residencia en Guaynabo evadiendo a la vez la justicia y los disparos.
En la sala 706 del Tribunal de Bayamón no se pudo demostrar que un hombre había saltado la verja, escapando después de cometer la atrocidad. Al contrario. Un testimonio colocó a Casellas Toro el día del asesinato tirando el arma homicida hacia un pastizal desde su Mercedes color gris. Esa arma pasó a través de múltiples manos, incluyendo las de un punto de drogas en donde mutilaron el número de serie para revenderla, hasta llegar a la Policía para determinar que era la propiedad del autor. Dentro de esa sala se discutió la aparición de las otras armas que le fueron hurtadas en el "carjacking". Hasta el momento, "los negritos" que Pablo Casellas Toro dice le desfiguraron la vida tal como la conocía, no han aparecido. Los sucesos discutidos en Sala se centraron en Pablo, su versión de lo sucedido y la evidencia que lo desmentia. Así como la cobertura mediática lo colocaba como único sospechoso, como un maquiavélico planificador cuyo plan debería ser descifrado por el pueblo en un intento de rescatar la integridad de un sistema vago, corrupto y en decadencia, el jurado determinó 11-1 que la evidencia que desfiló en la Sala los dejaba convencidos más allá de duda razonable que el esposo fue quien mató a Carmen Paredes.
Pero; ¿por qué un hombre mataría a una mujer guapa, madre sus hijas y tomaría el camino de la mentira y decepción para evadir las consecuencias implantadas por el sistema que su padre representó por años? Aunque fuese en el foro federal, el juez Salvador Casellas es una figura respetada en todas las salas y la acusación de su hijo, como menos, es una vergüenza que mancha una carrera prestigiosa vistiendo la toga.
Tal vez la costumbre de leer, escuchar y comentar atrocidades en relaciones amorosas cooperó con la teoría que Casellas Toro asesinó a su esposa mientras leía el periódico en la mañana. Estado sus hijas de viaje y las incongruencias en su versión del carjacking dejaba entrever que planificó todo con semanas de anticipación. Se apoyó esa teoría con el testimonio de la patóloga forense, Dra Rosa Rodríguez, y su notorio comentario que el asesinato se dió en un ambiente "familiar, sorpresivo y rápido". La defensa trató de descartar ese testimonio por su distancia de ser un análisis científico con la evidencia trabajada. Pero no preguntaron si ese ambiente familiar se pudo dar con OTRA persona cercana a la familia. O al círculo de amistades del matrimonio. Tal vez otra persona tenía intenciones precisamente de destruir la familia con los cargos que le achacaron a Casellas Toro.
¿Que tal si el "carjacking" que no fue se trató de un encuentro, un aviso; una intervención de mafiosos que terminó con una amenaza letal? No creo que una persona con conecciones en la mafia llame a la Policía cuando dos gangsters se le aparezcan con un reclamo garantizado en plomo. Tampoco creo que sea conveniente para cualquier parte involucrada hablar de relaciones mafiosas pudiendo minimizar el daño sacrificando a uno de los de ellos ante el hambre del público rabioso. O quizás un amante que quería hacerle daño al esposo de la señora por razones que solo la consciencia de un asesino puede conjeturar.
Según los chismes Pablito era un violento pepero que sabía de armas, cuya esposa parecía ser demasiado bonita para él. En algunos foros se hablaba de un Pablito problemático y de la discusión de un divorcio previo al fatal suceso. ¿Sería el delirio de un corazón roto el detonante de los viles sucesos que acabaron la vida de Carmen? No hubo evidencia que señalara lo contrario. Pero tampoco hubo un motivo claro de por qué ese hombre baleó a su esposa.
Reformar una imagen mancillada es una tarea de persuasión. Hay que trabajar la masa en muchos frentes para que se limiten las preguntas presentando contestaciones. El pueblo necesitaba un acusado y una condena para sentir al menos que el sistema no estaba tan corrupto y deficiente, que había razón para seguir creyendo en el. Como bono, que fuera a una persona con las características que describen al escurridizo criminal con solvencia económica y relaciones dentro del sistema para salir airoso ante cualquier acusación el que sufriera el estigma criminal. Después de la acusación las primeras palabras fueron a favor del sistema: lo bueno que éste funciona cuando se consigue lo que se quiere. Luego vinieron las críticas del convicto ante las claras injusticias que tuvo al ser un caso de alto interés público. Pero lamentablemente para Pablo esa primera entrevista la dió en su voluntad, sin obligaciones ni torceduras de brazos. Quiso usar los medios pero en cambio éstos lo usaron a él. Y lo que falta.
Pero el notorio hashtag #CasoCasellas y su cobertura siguió el curso sensacionalista como del que acusaron a Kobbo Santarrosa. Los medios fueron cómplices que el asesinato de una mujer fuera rebasado en atención por la condena de UN sospechoso, el denominador común en el problema de violencia doméstica que nos consume. Pero siento que no se ha hecho justicia para Carmen Paredes hasta tanto no se sepa la razón por la que le cegaron los ojos. Mucha de la atención se la ha llevado el criminal, dirigiendo el repudio público en dirección de la condena, del sufrimiento en vez de la causa de muerte de la víctima. Creo que pasamos por alto la condición que llevó a ese desenlace que deja a dos jóvenes menores de 20 años sin madre, con su padre convicto después de un largo proceso, bochornoso por naturaleza y explotado en pos de la información que consumimos y comentamos. Pero mantenga la perspectiva enfocada en la víctima y sus allegados; que encuentren la paz que se necesita ante la pérdida de un ser querido de manera violenta. Tampoco se debe asumir que la maquinaria de Justicia es absoluta en sus ejecutorias y este caso presenta múltiples lagunas entre lo que verdaderamente ocurrió para acusar y sentenciar una persona.
Podríamos celebrar que un asesino ha sido castigado con todo el peso de la ley. Pero en la mente de los familiares de la víctima oscilan preguntas referentes al por qué de los sucesos que tomaron la desgraciada ruta de la violencia que les arrebató la hija, madre y hermana de sus vidas. Será conocido como el Caso Casellas, el hombre rico que pasó las de Caín después que su esposa fuese baleada con su arma, en su casa.
"Si pudiéramos volar por esa ventana, gentilmente remover los techos de las casas y asomarnos a las extrañas cosas que están pasando... (esos eventos) harían que toda la ficción con sus convicciones y conclusiones previstas se viese sobria e inservible."
"Para producir un efecto realista debe haber cierta discreción," ripostó Holmes. "Ésto es buscar en el reporte policiaco, dónde se le brinda más importancia, tal vez, al tópico del magistrado que a los detalles, lo que para un observador contiene la esencia vital del asunto completo. Dependiendo de ésto, no hay nada tan antinatural como lo banal."
- Sherlock Holmes explicando al Dr Watson que la realidad
resulta más extraña que la ficción.
resulta más extraña que la ficción.
Un caso de identidad.
*Sherlock Holmes y el Dr. Watson son personajes ficticios creados
por S. Arthur Conan Doyle (1859-1930).
miércoles, 29 de enero de 2014
Mucho ruido...¿dónde están las nueces?
El trastoque de los fondos de retiro del Gobierno, la imparable ola criminal, el éxodo e inmigración desenfrenada, los altos costos de vida y negocio; todo suena tan passé. Entonces, ¿por qué la historia se sigue repitiendo?
"Que vivan los Estudiantes", huelga de egresados en los recintos de la Universidad de Puerto Rico por las decisiones "desde Fortaleza" en asuntos académicos y la opresión policiaca que el Gobierno le envió cuando decidieron contestarle con huelgas.
Policías en cada portón del recinto riopedrense y cientos de jóvenes en boga, desafiantes, confiados (o confundidos) en que sus acciones validaban su reclamo de huelga. Y lo parecía en ese momento. Impusieron una cuota especial sin tocar los sueldos administrativos, colocaron administradores partidarios, eliminaron fondos y lo hicieron a golpes. Ellos se merecían protesta civil. Eliminar esos fondos a programas de bellas artes sumaba disgusto en la opinión pública que comenzaba a mirar al Gobierno como una barredora de la cultura boricua en vías de empujar la estadidad al único frente que no habían quebrantado los anexionistas: la identidad, para bien o mal, de los puertorriqueños.
A cuatro años de esa lucha contra la opresión del Gobierno con sus aumentos, impuestos, soberbia para impulsar esas medidas antipáticas "necesarias", pareciera un lejano recuerdo, leído en algún libro de historia. Un ciclo electoral completo de lavado de cara a la imagen política fue suficiente para convencer al pueblo que la represión es daltónica. Rojos, verdes, azules; la apatía política, rapiñando las visceras del Estado Libre Asociado como lo hacían los dioses griegos con sus castigos.
En el 2010 pasa ésto y creeríamos que no se volvería a repetir. Prohibido olvidar decían.
Las casas acreditadoras que justificaban la austeridad de Fortuño motivan los impuestos del actual gobierno de Alejandro García Padilla aun cuando éste para diferenciarse dijo que le valía la opinión de Moody's y sus secuaces. Pasada la ira contra el tsunami azul del 2008 en el 2012 votamos por un cambio de partido político (de mayoría PNP a mayoría PPD) para enfrentar la misma realidad: la Isla ha sido mal manejada por esos partidos en los últimos 30 años.
Es un castigo maquiavélico mantener la farsa política de un país esencialmente colonial. Vivimos como preparan referendums, consultas al pueblo; parafrasean y descartan los resultados a su conveniencia. ¿Acaso el referendum de estatus no va por el mismo camino que el de la unicameralidad? ¿No habrá un grupo que vea los $2.5 millones federales para "educar la población de manera imparcial" sobre las opciones reales de su futuro político como un botín que hay que secuestrar? Los corsarios de turno izan sus velas y afinan sus lápices con lujuriosa expectativa.
Más de un año después del cambio por el gobierno de García Padilla se siente el familiar sabor a medicina amarga. Agentes del repudio contra la pasada administración se han servido con cuchara grande una porción de caldo criollo cocinado con fondos públicos haciendo a su manera imprudencias paralelas a las previamente criticadas. La receta no cambió mucho; la austeridad continúa sobre los libros del Gobierno como ave de rapiña. Sale de la lotería amistosa quien toma la peor parte porque la mejor ya está distribuida constitucionalmente en los secuaces de la debacle.
Queda de nosotros proyectarnos lejos de la venenosa partidocracia que ha gobernado nuestro país desde los comités, ajenos al pesar del pueblo. Es sumamente nocivo confiar en personas extrañas a la realidad del puertorriqueño promedio. Cuando ejecutan su voluntad con los recursos civiles, demuestran su alienación mientras afuera de esa burbuja se vive como si una epidemia rondara por el ambiente.
Mentir es la cualidad de mayor importancia para un político que aspire a la Fortaleza. Hay que dominar la demagogia para pertenecer y participar del proceso político en general, en todos los puestos abiertos a la votación del pueblo. Para la Gobernación hace falta más que la habilidad para desviar confrontaciones hacia otros asuntos vacíos en contexto. Hay que tener la malicia para decir a la legión de populares o penepés que ellos tienen las ideas para combatir el crimen que merodea en escalofriantes números. Tiene que dominar sus emociones para influenciar las de otros; tener la lengua de acero para prometer solvencia económica sabiendo que apenas puede idear una estrategia económica para su campaña política. Para presidir el partido y comprar el ticket para la ronda de la gobernación se tiene que aprender el arte de la mentira, desinformación y demagogia. Porque cuando la contienda electoral haya decidido los puestos políticos que realmente estaban en peligro de cambiar la persona que negoció la mentira antes, la belleza de su discurso será destruida. Ante la primera debacle correrán al libro de excusas viejas: "es culpa de la pasada administración", "nos dijeron unas cosas que ahora hemos descubierto son otras", "son compromisos que se hicieron...".
Compromisos como la venta del Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín, las autopistas a Metropistas y los molinos de Salinas que se construyeron sin completa seguridad que ese sería el mejor espacio geográfico para su función. Los ejemplos antes mencionados fueron criticados por los protagonistas del actual Gobierno. Levantaron protesta cuando fue responsabilidad de los PNP pero quedaron presos por la misma demagogia que eran alimentaban sus coros en las campañas políticas: "conmigo viene el cambio", "vamos a devolverle la integridad al Capitolio", "primero la gente", "habla pueblo". Pasan la papa caliente de la culpa al "responsable" o algún "chivo expiatorio".
Por eso repaso mi teoría que la ola criminal es la voz de protesta que nadie quiere escuchar sino marginar contínuamente en el exilio moral: "esa gente", "los del punto" y un sin número de epítetos que amenan la problemática de generaciones contaminadas por el reflujo de la política colonial. La idea del caos controlado en el casino del Caribe se ha salido de las manos y los que llegan no quieren, ni pueden, solucionar los problemas. Moran los sentimientos de rabia e impotencia en todos, alimentados por el miedo, hábito que está matando al futuro del país, llenando cárceles, cementerios y orfanatos. No se llenan las nóminas para los profesionales de la salud mental. Se retiran incentivos para que se queden los maestros novatos y traer sangre nueva a ver si logran que los jóvenes se queden y aprendan algo. No hay un pensamiento lógico, en mi opinión, que pueda dibujar un mapa claro de prosperidad, una proyección digamos de 20 años, quizás menos.
Con el surgimiento de la tecnología de información estos políticos optan por esconderse, hablar desde sus libretos. Ellos saben que las opciones están dictadas por intereses económicos, primordialmente los bonistas, y que su capacidad intelectual no supera la de los tiburones en la industria privada que con cada visión de ventaja política le sacan partida con intereses para su bolsillo. Préstamos y favores, ambos abstractos que componen la conducta de los políticos en Puerto Rico. Y nos distraen con entretenimiento en el caos, la descripción de la debacle sin verdaderas soluciones. Porque al ser complices del problema reconocerían su ineptitud y tendrían que donar todas sus riquezas a la plebe que tanto han expurgado y culpado de los males con impuestos, regulaciones y trabas que los pudientes que toman nuestro país como Isla de vacaciones no les molesta pagar o saben bien como evadirlo.
Ya las costumbres de aparentar ser distintos en la forma de gobernar pasó. La bonanza se acabó. Queda repartirse la culpa mientras preparan los planes para el próximo esquema, tirarse a la calle, darle a la gente un enfático apretón de mano, prometer, mentir, atacar, endeudar en favores a personas, entidades, comunidades y compañías. El voto, como permiso, se busca para obtener la licencia indecente para decir cualquier cosa y achacarla al combate político. Es aceptar y promulgar que individuos vestidos de peloteros anden por las calles dándole batazos a todo lo que encuentran en su camino.
Repiten los mismos repudios cambiándole el nombre y el partido. Dirigen los asuntos del país desde los cuarteles políticos de sus respectivos partidos y se esconden de la gente. No gustan salir en la prensa ni provocan los epítetos de las uniones. Antes de hacer una vista pública, se habla de planchas, caucus y alianzas. Cada protesta lubrica la maquinaria, mueve las bujías que engranan al personaje que será el próximo Gobernador. Será el "líder" o el punching bag pero no será el salvador, ni siquiera el arquitecto de la estrategia para resolver la recesión. Dirán lo que sea sabiendo que su pasaje será fugaz
Entonces nos quejamos mientras una generación se asesina, otra migra y otra muere. El instinto de supervivencia se adopta en ese ciclo que con toda la publicidad persuasiva inyectan en la calle los políticos y es más fácil dejarse llevar que ir contra la corriente, los seguidores de. Con las protestas pasa lo mismo. Unos se encamaran en protesta y llaman seguidores para que hagan eco de sus reclamos, rieguen la voz e inclinen la báscula a favor de la opinión pública generada.
"Que vivan los Estudiantes", huelga de egresados en los recintos de la Universidad de Puerto Rico por las decisiones "desde Fortaleza" en asuntos académicos y la opresión policiaca que el Gobierno le envió cuando decidieron contestarle con huelgas.
Policías en cada portón del recinto riopedrense y cientos de jóvenes en boga, desafiantes, confiados (o confundidos) en que sus acciones validaban su reclamo de huelga. Y lo parecía en ese momento. Impusieron una cuota especial sin tocar los sueldos administrativos, colocaron administradores partidarios, eliminaron fondos y lo hicieron a golpes. Ellos se merecían protesta civil. Eliminar esos fondos a programas de bellas artes sumaba disgusto en la opinión pública que comenzaba a mirar al Gobierno como una barredora de la cultura boricua en vías de empujar la estadidad al único frente que no habían quebrantado los anexionistas: la identidad, para bien o mal, de los puertorriqueños.
A cuatro años de esa lucha contra la opresión del Gobierno con sus aumentos, impuestos, soberbia para impulsar esas medidas antipáticas "necesarias", pareciera un lejano recuerdo, leído en algún libro de historia. Un ciclo electoral completo de lavado de cara a la imagen política fue suficiente para convencer al pueblo que la represión es daltónica. Rojos, verdes, azules; la apatía política, rapiñando las visceras del Estado Libre Asociado como lo hacían los dioses griegos con sus castigos.
En el 2010 pasa ésto y creeríamos que no se volvería a repetir. Prohibido olvidar decían.
Es un castigo maquiavélico mantener la farsa política de un país esencialmente colonial. Vivimos como preparan referendums, consultas al pueblo; parafrasean y descartan los resultados a su conveniencia. ¿Acaso el referendum de estatus no va por el mismo camino que el de la unicameralidad? ¿No habrá un grupo que vea los $2.5 millones federales para "educar la población de manera imparcial" sobre las opciones reales de su futuro político como un botín que hay que secuestrar? Los corsarios de turno izan sus velas y afinan sus lápices con lujuriosa expectativa.
Más de un año después del cambio por el gobierno de García Padilla se siente el familiar sabor a medicina amarga. Agentes del repudio contra la pasada administración se han servido con cuchara grande una porción de caldo criollo cocinado con fondos públicos haciendo a su manera imprudencias paralelas a las previamente criticadas. La receta no cambió mucho; la austeridad continúa sobre los libros del Gobierno como ave de rapiña. Sale de la lotería amistosa quien toma la peor parte porque la mejor ya está distribuida constitucionalmente en los secuaces de la debacle.
Queda de nosotros proyectarnos lejos de la venenosa partidocracia que ha gobernado nuestro país desde los comités, ajenos al pesar del pueblo. Es sumamente nocivo confiar en personas extrañas a la realidad del puertorriqueño promedio. Cuando ejecutan su voluntad con los recursos civiles, demuestran su alienación mientras afuera de esa burbuja se vive como si una epidemia rondara por el ambiente.
Mentir es la cualidad de mayor importancia para un político que aspire a la Fortaleza. Hay que dominar la demagogia para pertenecer y participar del proceso político en general, en todos los puestos abiertos a la votación del pueblo. Para la Gobernación hace falta más que la habilidad para desviar confrontaciones hacia otros asuntos vacíos en contexto. Hay que tener la malicia para decir a la legión de populares o penepés que ellos tienen las ideas para combatir el crimen que merodea en escalofriantes números. Tiene que dominar sus emociones para influenciar las de otros; tener la lengua de acero para prometer solvencia económica sabiendo que apenas puede idear una estrategia económica para su campaña política. Para presidir el partido y comprar el ticket para la ronda de la gobernación se tiene que aprender el arte de la mentira, desinformación y demagogia. Porque cuando la contienda electoral haya decidido los puestos políticos que realmente estaban en peligro de cambiar la persona que negoció la mentira antes, la belleza de su discurso será destruida. Ante la primera debacle correrán al libro de excusas viejas: "es culpa de la pasada administración", "nos dijeron unas cosas que ahora hemos descubierto son otras", "son compromisos que se hicieron...".
Compromisos como la venta del Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín, las autopistas a Metropistas y los molinos de Salinas que se construyeron sin completa seguridad que ese sería el mejor espacio geográfico para su función. Los ejemplos antes mencionados fueron criticados por los protagonistas del actual Gobierno. Levantaron protesta cuando fue responsabilidad de los PNP pero quedaron presos por la misma demagogia que eran alimentaban sus coros en las campañas políticas: "conmigo viene el cambio", "vamos a devolverle la integridad al Capitolio", "primero la gente", "habla pueblo". Pasan la papa caliente de la culpa al "responsable" o algún "chivo expiatorio".
Por eso repaso mi teoría que la ola criminal es la voz de protesta que nadie quiere escuchar sino marginar contínuamente en el exilio moral: "esa gente", "los del punto" y un sin número de epítetos que amenan la problemática de generaciones contaminadas por el reflujo de la política colonial. La idea del caos controlado en el casino del Caribe se ha salido de las manos y los que llegan no quieren, ni pueden, solucionar los problemas. Moran los sentimientos de rabia e impotencia en todos, alimentados por el miedo, hábito que está matando al futuro del país, llenando cárceles, cementerios y orfanatos. No se llenan las nóminas para los profesionales de la salud mental. Se retiran incentivos para que se queden los maestros novatos y traer sangre nueva a ver si logran que los jóvenes se queden y aprendan algo. No hay un pensamiento lógico, en mi opinión, que pueda dibujar un mapa claro de prosperidad, una proyección digamos de 20 años, quizás menos.
Gráfica extraída de http://www.scielosp.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1020-49892012001100001 |
Con el surgimiento de la tecnología de información estos políticos optan por esconderse, hablar desde sus libretos. Ellos saben que las opciones están dictadas por intereses económicos, primordialmente los bonistas, y que su capacidad intelectual no supera la de los tiburones en la industria privada que con cada visión de ventaja política le sacan partida con intereses para su bolsillo. Préstamos y favores, ambos abstractos que componen la conducta de los políticos en Puerto Rico. Y nos distraen con entretenimiento en el caos, la descripción de la debacle sin verdaderas soluciones. Porque al ser complices del problema reconocerían su ineptitud y tendrían que donar todas sus riquezas a la plebe que tanto han expurgado y culpado de los males con impuestos, regulaciones y trabas que los pudientes que toman nuestro país como Isla de vacaciones no les molesta pagar o saben bien como evadirlo.
Ya las costumbres de aparentar ser distintos en la forma de gobernar pasó. La bonanza se acabó. Queda repartirse la culpa mientras preparan los planes para el próximo esquema, tirarse a la calle, darle a la gente un enfático apretón de mano, prometer, mentir, atacar, endeudar en favores a personas, entidades, comunidades y compañías. El voto, como permiso, se busca para obtener la licencia indecente para decir cualquier cosa y achacarla al combate político. Es aceptar y promulgar que individuos vestidos de peloteros anden por las calles dándole batazos a todo lo que encuentran en su camino.
Eduardo Bhatia, presidente del Senado, no se las deja pasar de nadie que confronte sus propuestas como aumentar la productividad de la AEE abriendo los servicios al mercado privado |
Entonces nos quejamos mientras una generación se asesina, otra migra y otra muere. El instinto de supervivencia se adopta en ese ciclo que con toda la publicidad persuasiva inyectan en la calle los políticos y es más fácil dejarse llevar que ir contra la corriente, los seguidores de. Con las protestas pasa lo mismo. Unos se encamaran en protesta y llaman seguidores para que hagan eco de sus reclamos, rieguen la voz e inclinen la báscula a favor de la opinión pública generada.
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