Alberto Cordero Ramos asesinó a Margarita Rosado, su esposa, por que alegadamente le era infiel. De acuerdo a su confesión la ahogó con una almohada tras sostener relaciones íntimas. Luego la arrastró a la bañera donde la picaría con un cuchillo que compró en un pulguero. Su intención era lanzarla en alta mar y salirse con la suya.
El sistema de Justicia en Puerto Rico mostró una pizca de cordura al someterle cadena perpetua al asesino. El mostro la suya con tan ingenioso plan. Imaginese: ¿Cuantas veces se pregunta por el contenido de las pailas de pintura de otras personas? Si la persona va a pescar y en dichas pailas hay sangre: ¿No puede llevar la carnada fresca?
La repugnancia por sus acciones no me cabe en este espacio. La mente desquiciada de Cordero Ramos seguramente vacilaba en las partes de su esposa, que había acariciado minutos antes y ahora descuartizaba pensando que otro hombre besaba esa piel. El trato entre parejas en Puerto Rico ha llegado al punto de ebullición que alguna vez tuvo el Vesubio, días antes de derretir a la población de Pompeya siglos atrás. Así estamos: siglos atrás.
El asesino no mostraba remordimiento, cosa que no sorprende. La ley 54 es tán común que puede ser el número más jugado en la bolita y el pega 2. Más que nada, me choca el hecho que haya pensado que le iba a salir.
Por eso digo que nosotros, como sociedad, nos hace falta cobrar conciencia. No se trata de criticar estos actos si no de entender el porque de estos actos. Para evitar caer hay qu e conocer el camino, donde están las trabas y los barrancos.
De faltar otra cosa sería una reforma de valores familiares.
la gente vive con miedo, de hablar, de pensar... es mas facil hacerse la vista larga.... no podemos seguir asi...
ResponderEliminarte imaginas al tipo cortando la esposa una hora despues de habersela tirao?
ResponderEliminarThat's freakin sick! Ni Rob Zombie, eso es Dino Velvet shit.